2. IDENTIFICACIÓN Y EVALUACIÓN DEL ALUMNADO
La evaluación, cumple funciones de diagnóstico, de diseño del currículo y de determinación de los sistemas de apoyo. Nos permite determinar los apoyos en intensidad y duración (intermitentes, limitados, extensos y generalizados) y las personas que habrán de dispensarlos, para llegar a concretar el plan individualizado.
2.1 EVALUACIÓN MULTIDIMENSIONAL
DIMENSIÓN I.
1. HABILIDADES INTELECTUALES
El criterio para diagnosticar la Discapacidad Intelectual continúa siendo el obtener un Cociente Intelectual (CI) significativamente inferior a la media, es decir, al menos dos desviaciones típicas por debajo de la media, medido con instrumentos estandarizados para la población general y que tengan un alto grado de validez y fiabilidad.
Entre los instrumentos más adecuados se consideran los individuales tipo ómnibus (formado por varias y diferentes tareas).
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Tests o escalas más empleados por ofrecer un alto grado de validez y fiabilidad: escalas Wechsler y Stanford-Binet
La escala de inteligencia Wechsler para niños y niñas es un instrumento administrado individualmente, diseñado para evaluar la inteligencia de las personas cuya edad cronológica oscila de los 6 a los 16 años y 11 meses. El instrumento consiste en 12 subtests individuales y permite tres puntuaciones globales: CI Verbal, CI Manipulativo y CI Total de la escala.
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La escala de inteligencia StanfordBinet se diseñó para utilizarla con niños y niñas desde 2 años hasta personas adultas, y estos son evaluados por 15 subtests.
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La escala McCarthy, para niños y niñas de 2 a 8 años, permite valorar el funcionamiento intelectual general (CI) y las variables aptitudinales importantes. Contiene 18 subtests independientes que evalúan las variables aptitudinales, agrupados en seis escalas: verbal, perceptivo-manipulativa, numérica, general cognitiva, memoria y motricidad.
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El K-ABC o Batería de evaluación de Kaufman para niños y niñas, es una batería destinada al diagnóstico de la Inteligencia y el Conocimiento infantil en un rango de edad que oscila entre los 2 años y medio y los doce y medio. La inteligencia es medida en términos de resolución de problemas y estilos de procesamiento de la información.
DIMENSIÓN II.
2. CONDUCTA ADAPTATIVA (HABILIDADES CONCEPTUALES, SOCIALES Y PRÁCTICAS).
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Las escalas Vineland de conducta adaptativa se componen de tres escalas:
o Vineland-S, es en forma de encuesta con formato de conversación para obtener los datos durante las entrevistas a padres y madres o tutores y tutoras.
o Vineland-E, es en forma ampliada y también utiliza la conversación para la obtención de datos. Esta versión puede contribuir a las dos finalidades de la medición de la conducta adaptativa (diagnóstico y planificación de apoyos).
o Vineland-C para clase, se utiliza para niños de 3 a 12 años y se completa por el profesorado.
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Las escalas de conducta adaptativa de la AAMR (ABS-Adaptive Behavior Scales): existen en dos versiones, la ABS-S:2 (para el colegio y la comunidad) que se utiliza en el diagnóstico para identificar que están significativamente por debajo de sus compañeros y compañeras en funcionamiento adaptativo, y también para evaluar los efectos de los programas de intervención.
Otros instrumentos para evaluar esta dimensión son:
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El Inventario de Desarrollo Battelle.
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El Currículo Carolina.
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El Modelo de Evaluación Inicial para Alumnos con Necesidades Educativas Específicas Graves y Permanentes.
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La Guía Portage de Educación Infantil.
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El Sistema West Virginia-UAM.
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El Sistema de Evaluación para Personas Plurideficientes (S.E.P.P.)
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El Sistema para Evaluar a Sujetos con Necesidades Educativas Especiales (SESNEE).
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Manual para la evaluación dinámica de la comunicación no-simbólica de Martha E. Snell.
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Inventario para la planificación de servicios y la programación individual (ICAP).
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Inventario de destrezas adaptativas (CALS). • El currículo de destrezas adaptativas (ALSC).
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Programas Conductuales Alternativos (PCA).
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Escala de Intensidad de Apoyos (SIS).
DIMENSIÓN III.
1. PARTICIPACIÓN, INTERACCIÓN Y ROLES SOCIALES
La mejor manera de examinar la participación y las interacciones es a través de la observación directa de la implicación en actividades cotidianas.
DIMENSIÓN IV.
2. SALUD FÍSICA, SALUD MENTAL Y FACTORES ETIOLOÓGICOS.
Es necesario tener en cuenta las siguientes implicaciones de la salud física y mental sobre la multidimensionalidad de la Discapacidad Intelectual:
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Las condiciones de salud física y mental pueden afectar la evaluación de la inteligencia y la conducta adaptativa (por ejemplo, deficiencia en la vigilancia causada por trastornos del sueño o deficiencias de nutrición).
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Las medicaciones, tales como los anticonvulsivos y las drogas psicotrópicas, pueden afectar el rendimiento (por ejemplo, cansancio y fatiga que influyen en la ejecución en los test).
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La evaluación de conducta adaptativa puede también verse afectada por medicaciones que alteran las habilidades motoras finas y gruesas, o por condiciones motoras orales que condicionan las habilidades de comunicación.
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La evaluación de apoyos necesarios puede también estar influenciada por la presencia de condiciones de salud física y mental. Las personas con Discapacidad Intelectual pueden necesitar apoyos relacionados con la salud para mejorar el funcionamiento y la participación, para superar limitaciones de movilidad (por ejemplo, lugares de trabajo accesibles a sillas de ruedas) o seguridad (por ejemplo, adaptaciones para prevenir daños relacionados con crisis o convulsiones).
DIMENSIÓN V.
5. CONTEXTO (AMBIENTES Y CULTURA)
2.2 MODELO DE APOYO PARA PERSONAS CON D.I.
La AAMR (2OO2) propone un Modelo del Proceso de Planificación y Evaluación del Apoyo en cuatro pasos:
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Identificar las áreas relevantes de apoyo.
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Identificar para cada área, las actividades relevantes.
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Evaluar el nivel o intensidad de las necesidades de apoyo.
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Escribir el Plan Individualizado de Apoyos.
Los aspectos clave del modelo de apoyos son:
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El modelo se basa en un enfoque ecológico que lleva a comprender que la conducta depende de evaluar la discrepancia entre las capacidades y habilidades de una persona y las competencias y habilidades adaptativas requeridas para funcionar en un contexto.
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La discrepancia entre habilidades y requisitos se evalúa en términos de nueve áreas de apoyo potencial: - Desarrollo humano. - Enseñanza y educación. - Vida en el hogar. - Vida en la comunidad- Empleo. - Salud y seguridad. - Área conductual. - Área social. - Protección y defensa.
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Para cada una de estas nueve áreas de apoyo se determina la intensidad de los apoyos necesarios.
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Los apoyos tienen varias funciones que actúan reduciendo la discrepancia entre una persona y los requisitos de su entorno. Estas funciones de apoyo son: - Enseñanza. - Amistad. - Planificación financiera. - Ayuda en el empleo. - Apoyo conductual. - Ayuda en la vida en el hogar. - Acceso y uso de la comunidad. - Ayuda en lo referente a la salud.
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Las fuentes de estas funciones de apoyo pueden ser bien naturales o bien basadas en servicios.
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Los resultados personales deseados a través del uso de los apoyos incluyen la mejora de la independencia, relaciones, contribuciones, participación en la escuela y en la comunidad y bienestar personal. La meta de un enfoque basado en los apoyos es facilitar la inclusión de las personas en la vida plena de la comunidad. Los apoyos apropiados reducen las limitaciones funcionales y les permiten participar y contribuir en la vida comunitaria al mismo tiempo que se da respuesta a sus necesidades en su contexto social actual y futuro.