2. IDENTIFICACIÓN Y EVALUACIÓN DEL ALUMNADO
2.1. SEÑALES DE ALERTA
La familia y la escuela son los ámbitos donde se puede detectar signos en el comportamiento del niño/a que nos aporten sospecha de la presencia de una deficiencia auditiva. A la vista de estas señales de alerta, es prioritario consultar con un especialista que confirme o descarte la presencia de patologías auditivas.
2.2 DETECCIÓN PRECOZ
El diagnóstico temprano es fundamental para limitar las consecuencias que la disminución de la audición tendrá en el desarrollo global del niño/a.
La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, desarrolla un “Programa de detección de hipoacusias en recién nacidos” cuyos objetivos son:
- Detectar los casos de hipoacusia en los recién nacidos o antes de los seis meses de edad.
- Establecer precozmente la orientación terapéutica de los casos de hipoacusia, una vez detectados, antes de los seis meses.
El protocolo de actuación de dicho programa consta de tres fases:
2.3 PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN AUDIOLÓGICA
El diagnóstico auditivo nos permite conocer el grado de pérdida auditiva del sujeto, el tipo de pérdida o topología de la lesión. Dicho diagnóstico es clave para determinar las ayudas técnicas que requiere el sujeto, así como las estrategias educativas a planificar. Las pruebas de diagnóstico auditivo, podemos dividirlas en dos grandes bloques:
• PRUEBAS SUBJETIVAS: requieren de la colaboración del sujeto, que presentará una respuesta voluntaria o automática ante la percepción de un estímulo auditivo.
a) Audiometrías infantiles: pruebas de diagnóstico auditivo, que nos permiten realizar una evaluación audiológica en edades muy tempranas (0/4 años).
Audiometría de observación del comportamiento (0/6 meses): observación de la conducta refleja del bebé ante un estímulo sonoro inesperado. El estímulo sonoro debe presentarse a campo libre, utilizando un audiómetro pediátrico o juguetes sonoros cuya intensidad y frecuencia deben de estar previamente determinadas. Las respuestas reflejas que presentará el bebé y que el observador debe identificar son:
- Reflejo cocleo-palpebral (presión de los párpados o abrir los ojos, si el niño o la niña está dormido o bien cerrarlos rápidamente si está despierto).
- Reflejo respiratorio (alteración brusca de la respiración, que vuelve a la normalidad en unos segundos).
- Reflejo cocleo-muscular (contracción muscular generalizada, principalmente movimientos de extensión y flexión de las extremidades).
- Reflejo del llanto (alteración de la expresión facial, seguida de llanto).
Audiometría de refuerzo visual (6/36 meses): evaluación audiométrica conductual y consiste en presentar al niño/a un estímulo sonoro seguido de un refuerzo visual. Se trata de condicionar al sujeto mediante la asociación de un reforzador visual. Para ello, éste debe de estar despierto y sentado sobre las rodillas de su padre/madre, que mantendrá su atención sobre un juguete no sonoro. El explorador presentará a éste un estímulo auditivo mediante un audiómetro. Cuando éste gire la cabeza buscando el reforzador visual el juguete se iluminará o se pondrá en movimiento.
Audiometría de juego o lúdica (36/60 meses): condicionamiento del niño/a para responder a un estímulo sonoro, que será generado por un audiómetro, mediante una actividad motora ligada a un juego. Si el condicionamiento es adecuado y la persona realiza correctamente la tarea, podemos obtener una primera aproximación a su curva audiométrica.
b) Audiometría tonal: La colaboración del niño/a en esta prueba suele ser buena a partir de los 5/6 años, obteniéndose resultados fiables en el diagnóstico auditivo. La audiometría se basa en el estudio de dos parámetros (frecuencia e intensidad) que nos van a permitir establecer el campo auditivo o espacio acústico. Para realizar las audiometrías utilizamos el “audiómetro”. La exploración se puede realizar por vía aérea, vía ósea y a campo libre, siempre en cámara insonorizada, al objeto de evitar sonidos ambientales ajenos a la exploración.
c) Audiometría vocal: La audiometría vocal tiene como finalidad determinar el nivel de captación y discriminación del oído para el lenguaje. Consiste en conocer la capacidad del sujeto para entender la palabra a diferentes niveles de intensidad. La prueba se realiza con el audiómetro, reproduciendo una lista de palabras balanceadas que el sujeto deberá reconocer y repetir.
La prueba determinará el “umbral de inteligibilidad” (el sujeto oye y comprende) y sus resultados de reflejarán en una gráfica en cuya abscisa se indican los decibelios de intensidad y en la ordenada el porcentaje (%) de palabras reconocidas.
• PRUEBAS OBJETIVAS: no requieren de la colaboración del sujeto y sus resultados están determinados por alteraciones fisiológicas que se producen como consecuencia de la estimulación auditiva.
a) Impedanciometría: nos informa del estado de las estructuras del oído medio y de la movilidad del sistema tímpano. Es la medición y posterior representación gráfica de la dificultad para la transmisión de la energía sonora que presenta el oído medio.
Se trata de comprobar si la resistencia o dificultad que presenta el oído medio es normal o si la misma se encuentra incrementada o disminuida.
b) Otoemisiones acústicas (OEA): sonidos generados en el interior de una cóclea sana como respuesta a un estímulo sonoro. Pueden ser recogidos mediante un micrófono alojado en el conducto auditivo externo del sujeto explorado. Su aparición implica el correcto funcionamiento de los mecanismos cocleares y la integridad funcional del oído medio, lo que supone en la práctica la determinación de una audición normal.
c) Potenciales evocados auditivos de tronco cerebral (PEATC): miden la actividad electrofisiológica de la vía auditiva, como consecuencia de una estimulación acústica. También conocida como B.E.R.A. (Brainstem Evoked Responses Audiometry), es la prueba objetiva más utilizada en la actualidad, se puede aplicar a edades muy tempranas y es necesario que el sujeto se encuentre dormido o sedado. Su estudio es de gran valor diagnóstico, tanto para confirmar la existencia de una sordera y su intensidad, como para determinar posibles lesiones de las vías auditivas y su localización.
d) Potenciales evocados auditivos de estado estable multifrecuencial: Durante los últimos años se han desarrollado los PEAee como una nueva técnica para la evaluación audiológica, ya que permite determinar umbrales de audición en un espectro frecuencial más amplio.
La evaluación con PEAee nos permite obtener un audiograma electrofisiológico, que mantiene una adecuada correlación con la audiometría en las mencionadas frecuencias. Con la aplicación de estos potenciales, podemos determinar en los primeros meses de vida del un niño/a su campo auditivo, definiendo su curva audiométrica en las frecuencias fundamentales del habla.
2.4. EVALUACIÓN PSICOPEDAGÓGICA
La evaluación psicopedagógica es un proceso de recogida y análisis de información sobre aspectos que inciden favorable o desfavorablemente en la enseñanza y aprendizaje del alumno/a con el propósito de adoptar medidas educativas ajustadas a sus características y necesidades. Se debe recopilar información sobre los siguientes ámbitos:
Análisis de informes previos: informes que el alumno/a pueda tener, nos aportará información útil para determinar en distintos ámbitos la evolución del alumno/a y su situación actual. Entre ellos los dictámenes de escolarización, informes de evaluación psicopedagógica previos, informes de reconocimiento de minusvalía, informes audiométricos, del otorrino, logopédicos…
Datos sobre la historia escolar: Es necesario recoger información relevante sobre aspectos relacionados con la historia escolar previa del alumnado con discapacidad auditiva para determinar su influencia en las distintas áreas de desarrollo. Atenderemos específicamente: historia académica, tipos de escolarización, adaptaciones curriculares, apoyos, adaptación al centro y al aula…
Valoración general del desarrollo: La valoración de los distintos aspectos del desarrollo del alumno/a, la podemos obtener del análisis de los informes previos y las entrevistas oportunas realizadas así como del estudio de los resultados de las pruebas y test aplicados. Dos ámbitos a destacar en la valoración de un alumno/a con discapacidad auditiva son el nivel auditivo en el que se encuentra y su desarrollo comunicativo-lingüístico.
Otras variables a considerar en la evaluación son el desarrollo cognitivo, las habilidades motoras., la madurez emocional, la interacción social, sus hábitos de trabajo y autonomía, nivel de competencia curricular en las distintas áreas y en aspectos específicos, el contexto aula y el contexto familiar.
Pruebas de evaluación psicopedagógica: En la evaluación psicopedagógica del alumnado con discapacidad auditiva podemos hacer uso de los test estandarizados de inteligencia, lenguaje o personalidad. No obstante, la elección y el uso de estas pruebas debe ser selectiva, pues en la mayoría de ellas predomina el componente verbal y los resultados obtenidos pueden estar mediatizados. Diversos estudios realizados indican que incluso en pruebas manipulativas se produce una alteración de los resultados como consecuencia del contenido verbal de las instrucciones de la propia prueba. Es preciso realizar las adaptaciones necesarias para la adecuación de la prueba a las características del mismo o utilizar pruebas libres de contenido verbal.